Del CO2 residual a los ingresos
A medida que los gobiernos se comprometen a reducir las emisiones de CO2, las industrias de todo el mundo se enfrentan a mayores sanciones económicas por el carbono que liberan. Para reducir su huella de carbono y evitar estos costos, muchas industrias están trabajando para capturar sus emisiones de carbono. La cuestión es qué hacer con el carbono capturado. ¿Es un residuo? ¿O podemos agregarle un nuevo valor?
Para algunos, la respuesta es almacenarlo o secuestrarlo bajo tierra o bajo el océano, donde no puede contribuir al calentamiento global. Para otros, sin embargo, existe la posibilidad de poner esas moléculas de CO2a trabajar y no solo evitar sanciones económicas, sino obtener ingresos adicionales en el proceso.
Una nueva vida para lo capturado
La captura de carbono consta de tres pasos. En primer lugar, los gases de combustión se introducen en una columna de absorción y se enfrían rápidamente. Luego, los gases se introducen en un disolvente que atrapa el CO2. A continuación, el disolvente se purga, dejando tras de sí un CO2 casi puro. Aquí es donde interviene Casale. Hemos aprovechado nuestras décadas de experiencia para añadir valor al CO2 capturado durante el procesamiento químico y lo hemos aplicado a la última tecnología de captura de carbono para gases de combustión.
Por ejemplo, un cliente que solo producía metanol, quería ampliar su cartera de productos al tiempo que reducía sus emisiones de carbono. Esto nos brindó una oportunidad perfecta para trabajar juntos e implementar una solución que ahora les permite producir urea, melamina y amoníaco, además de metanol.
Esto pone de manifiesto la amplia gama de usos del CO2 capturado. La urea no solo es un fertilizante importante para el sector agrícola, sino que la melamina es un componente fundamental en la fabricación de artículos de uso cotidiano como vajillas, laminados de madera, suelos y piezas de automóviles.